AITOR URIBECHEBARRIA [Venezuela, 1955-2001]

Descripción

Aitor Uribechebarria nació en Gallarta el 29 de julio de 1933. Siendo un adolescente, su padre y su tío se marcharon a Venezuela, ya que este último quería probar suerte allí. Un año después, Aitor también fue junto con su madre y su hermana. Aitor tenía entonces 16 años y recuerda el viaje en barco, siguiendo una ruta que salía de Santurce, y pasaba por Comillas, Portugal, Puerto Rico, Cuba y Venezuela. Allí no les dejaron atracar y tuvieron que ir a una Isla, y desde allí fueron a la Guaira. El padre de Aitor, aunque era albañil, empezó a trabajar en un bar y posteriormente en el Centro Vasco. Aitor también comenzó a trabajar y recuerda que su día normal era salir de la oficina e ir al Centro Vasco. Aitor cuenta que con los venezolanos se relacionaba principalmente en el trabajo y cuando jugaba a fútbol en el Deportivo Vasco, con el que fue campeón de Venezuela. En esa época, la madre y la hermana de Aitor eran modistas, y su padre trabajaba en un hotel.

Aitor recuerda que en el Centro Vasco mantenían tradiciones vascas como jugar a pelota, la gastronomía vasca y que seguían las noticias que llegaban de Euskadi. Fue allí donde conoció a su mujer María Lourdes Basañez Billar, procedente de las Arenas, que también había ido muy joven a Venezuela. Tuvieron a su hijo Aitor, que iba a Jesuitas, y que siempre se sintió vasco: “No era explicarle (su procedencia) porque en el ambiente en el que vivía lo palpaba. (…) Él se sentía vasco 100% y se sigue creyendo.” En cuanto el hijo de Aitor terminó la carrera, decidió venirse a Euskadi, así que, a pesar de que Aitor padre no se lo había planteado antes, se vino con su hijo en el año 2001.

Aitor, a pesar de haber estado 51 años en Venezuela, se ha integrado fácilmente en Euskadi: “A mí al hablar, mucha gente me dice, “¿pero tú has vivido 51 años en Venezuela? Si tú parece que has salido de Euskadi hoy. “ Pues no se me pegó nada”. Aitor no tiene la sensación de otros emigrantes de pertenecer a varios sitios o  ninguno: “Yo siempre he pertenecido aquí. He respetado siempre a los venezolanos y a Venezuela, pero eso es problema de ellos.” Aitor nunca se ha sentido un emigrante, sino “uno cualquiera” y admite que se fue contento porque con 16 años quería conocer mundo: “Venezuela a mi me trató muy bien y jugué futbol que era lo que a mí me encantaba. Bueno la verdad que viví muy bien, no me puedo quejar absolutamente de nada”. Actualmente mantiene el contacto con otros emigrantes como Kepa, Fano, Iñaki Arriaga y Erentzun.