IBON GOITIA [Venezuela, Estatu Batuak, 1961-2001]

Descripción

Ibon Goitia Badiola, el más joven de cinco hermanos, nació el 7 de noviembre de 1961 en la capital venezolana, país al que habían emigrado sus padres poco tiempo atrás desde la localidad vizcaína de Lekeitio. Tras fracasar el proyecto de pescar en Venezuela con una embarcación procedente de Euskadi y perder todo el dinero, el padre de Ibon adquirió una pescadería en la capital venezolana. Su infancia en el seno de una familia de clase media que creció en un entorno euskaldun, se encuentra estrechamente vinculada a la pescadería que regentó su padre y al Centro Vasco de Caracas, que no duda en calificar como “un centro social cultural activo” debido a las diversas actividades sociales, deportivas y culturales que organizaba. En casa tenían obras de poesía vasca en la biblioteca, arte culinario procedente de Euskadi, la familia pasaba algunos veranos en Lekeitio…afirmando que: “Tenía esa conjunción de lo que es la cultura, el arraigo de aquí-porque eso la verdad nunca lo perdí, nunca jamás, y evidentemente yo soy venezolano”.

Relata su etapa educativa en el colegio San Ignacio de Loyola, que califica como elitista y a partir de 6º grado en el Tirso de Molina, donde empezó a jugar al fútbol con doce años. Tras un año en los Estados Unidos, regresó a Venezuela donde compaginó sus estudios de Turismo con el fútbol profesional. Después de dos años más como jugador de fútbol profesional, su hermano y él tomaron el relevo en la pescadería. Poco a poco los hermanos se fueron casando y marchándose de casa, Ibon fue el último en dejar el nido.

Contrajo matrimonio con Elisabethe, venezolana de padres rusos, y se mudó a otra casa cercana al hogar familiar. En su luna de miel visitaron Euskadi y a su mujer le encantó, después siguieron con su vida en Venezuela hasta que la situación empezó a endurecer (inseguridad, deterioro de la salud, el Centro Vasco fue apagándose…) y los padres de Ibon regresaron a su localidad natal. Tres años después, Ibon y su mujer pasaron las navidades con ellos, y al año siguiente decidieron asentarse en Euskadi, “Yo venía más o menos a hacer un cambio radical en mi vida” explica Ibon, quien deseaba ganar en calidad de vida.

A su regreso cree que no estuvo bien asesorado laboralmente hasta que tras ocho meses trabajando en un bar de Lekeitio, y como “Era fácil montar un negocio en esa época”, el matrimonio adquirió un restaurante como un negocio familiar. En torno al 2003/2004 el matrimonio consiguió el chiringuito de la plaza Enparantza, que el Ayuntamiento sacó a oposición para trabajar en verano y tener otro trabajo el resto del año. Realizaron una división del negocio, Ibon señala que “Era la vida que queríamos y que buscábamos”, aunque ello no es óbice para que en contadas ocasiones le hayan hecho sentirse extranjero.

Actualmente, por su trabajo como montador de muebles desde 2006, explica: “me he dado cuenta que cuando yo entro como euskaldun la gente es más abierta, ¿vale? más abierta hasta el punto de decir: bueno, las llaves te las dejo abajo”, algo impensable en Venezuela. El hecho de emigrar ha supuesto un cambio muy radical y aunque en ocasiones se ha arrepentido, afirma sentirse bien integrado en Euskadi. Cree que los vascos han dejado un importante legado en la idiosincrasia venezolana, Ibon finaliza: “Perteneciente a la Historia Moderna, pues yo soy partícipe de esa unión entre el pueblo vasco y mi Venezuela”.